Estos días están siendo muy sentidos, recordando con nostalgia nuestra selva de los 5 ríos, sobre todo porque pronto celebraremos el año de la llegada de Manolo García-Rendueles a la casa del Padre. Recordando al Manolo amigo, al Manolo compañero, al Manolo que en su mirada trasmitía la aventura de querer a su pueblo Wampís, Awajun.

Hace casi un año que fue a encontrarse con “Ajutap”, pero quizá sea más justo decir que simplemente fue a sentarse junto a José María Guallart y estarán contándole a Nuestro Señor resucitado alguna de las “aújmatmau” (historias) que el murmullo del “Kanús” (el río Santiago) regala a sus hijos.
Manolo falleció el 27 de septiembre del 2006,
luego de más de treinta años dedicados al pueblo aguaruna-huambisa,
en cuyo territorio descansan sus restos.

Hoy, José Luis Gordillo debe estar navegando el Kanús, pero antes de partir de Nieva para El Santiago, revisando las cosas dejadas por Manolo encontró, con los otros compañeros, lo que podríamos llamar una joya de testimonio: el Manolo joven, el Manolo del horizonte. Esta foto me dejó muy conmovido por lo que significó su vida para nosotros, para algunos que soñamos algún día poder seguir esos pasos.

Pero sabemos que Manolo nos acompaña, no solo en testimonio, sino en vida, en vidas concretas, en medio de los Wampís, pero también en medio de compañeros concretos, verdaderos hombres de horizonte, nuestros hermanos de la comunidad del Marañón: Charly Riudavetz, Carlos Diharce, Fermín Rodríguez, Silvestre Fernández, Mario Mendieta (Maestrillo Paraguayo), Evaristo Odar y José Luis Gordillo. En estos compañeros concretos podemos ver como Jesús, el Cristo, el Resucitado, manifiesta la esperanza de la vida.

Por todo ello, quiero compartir estas fotos, la que menciono de Manolo Joven y otra de la comunidad del Marañón. Recordar estos rostros, recordar estas vidas concretas nos ponen en vínculo con todos los sueños y retos que los 5 ríos abrazan.
Quizá al recordar estas historias concretas, de compañeros Jesuitas nuestros, podamos unirnos en espíritu y cuerpo, ser más hermanos, ser más hijos, gozando de la posibilidad de una filiación más fuerte con Dios.
Comunidad Jesuita del Marañón:
Fermín, Carlos, Silvestre, Evaristo
Mario, Carlos y José Luis

… Al final, uniéndonos en espíritu y cuerpo con el trabajo de nuestros compañeros en la selva quizá podamos vivenciar lo que Juan menciona en su evangelio:
“Jesús realizó en presencia de los discípulos otros muchos “signos”(…) Estos han sido escritos para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre” Jn 20,30-31.
¡¡¡Wainiami Manolo!!!

Jorge Cabeza, S.J. Limeño. Pedagogo. Estudia Teología en la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia.

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