¿Qué es lo primero que se nos viene a la mente cuando leemos la palabra coloquio? Quizás pensemos de inmediato en una actividad académica. Un Coloquio suele ser un evento organizado por la universidad para tratar algún tema en particular. Sin embargo, este mismo término fue utilizado en el siglo XVI por Ignacio de Loyola cuando escribía sus Ejercicios Espirituales. Pues para Ignacio el Coloquio forma parte de la oración personal, es el momento de diálogo con Jesús «así como un amigo habla con otro amigo ». Este mismo término, Coloquio, ha sido elegido por la pastoral juvenil de los jesuitas del Perú para bautizar el Encuentro de Jóvenes de Espiritualidad Ignaciana del Perú, que se lleva a cabo cada año los primeros días del mes de noviembre. Hace poco se realizó la tercera edición del Coloquio que contó con la participación de 200 jóvenes provenientes de distintos puntos del pais. Aquí les presentamos el Memorial elaborado por los mismos jóvenes al final del Encuentro, en el que dan cuenta de lo vivido y comparten sus sueños como jóvenes en el Perú de hoy:

Queremos empezar este memorial agradeciendo a Dios y a cada uno de ustedes por compartir estos días.

Perú suyupa maqta, pasñanmi kanchic.
Somos jóvenes del Perú.
Perunumia datsa ainaji.

En nosotros está representada la diversidad cultural, juvenil, social y económica. Todo esto lo vivimos desde una fe que nos une y motiva a vencer los prejuicios e indiferencias, creando más puentes de integración. En este memorial queremos unir nuestras culturas y expresar nuestro deseo de “HACER DEL MUNDO UN LUGAR PARA DIOS”.

Nosotros los jóvenes hemos apreciado y vivido las diferentes realidades de nuestros lugares de procedencia y de Lima. Reunidos en esta casa hemos podido contemplar, integrar y ser concientes de los sueños de Dios sobre nosotros.

Mirar con cuidado que muchas veces nos alejamos y contradecimos los sueños de Dios y hacemos que este mundo deje de ser su proyecto.

Sin embargo, renovamos nuestra seguridad y confianza que Dios nos ama y nos invita a seguir su camino desde nuestro ser joven, a reconciliarnos entre nosotros y con Él. Apreciamos y agradecemos la creación y queremos comprometernos con ella.

Todo esto lo hemos hecho posible a través de lo vivido estos días: mesas de trabajo, momentos de reflexión y oración, sentirnos colaboradores de la creación a través del arte, la valoración de nuestra cultura manifestada en la diversidad de danzas, teatro, cantos y degustaciones.

Queremos resaltar los agradables momentos compartidos de juegos y de la confraternidad y de esa forma transmitir la alegría de sentirnos parte activa de la espiritualidad inspirada por el Señor en la vida y ejemplo de San Ignacio de Loyola.

En este encuentro nos hemos podido dar cuenta que los jóvenes enfrentamos algunas dificultades que en ocasiones obstruyen nuestro camino: La falta de compromiso y acompañamiento, problemas familiares, discriminación.

Sin embargo descubrimos también que los jóvenes somos capaces de enfrentarnos a través de la espiritualidad ignaciana ya que contamos con la existencia de comunidades y de una actitud positiva basada en creatividad, compromiso, solidaridad y anhelo de superación.

Para que esta experiencia continúe nos comprometemos a vivir con alegría nuestra fe y seguir cultivándola, organizándonos mejor para tener mayor impacto en nuestro entorno, por ello agradecemos y pedimos a los jesuitas nos acompañen muy de cerca en este proceso de conocimiento de la espiritualidad ignaciana, vivencia de los ejercicios espirituales y compromiso con nuestro entorno.

Ashuan llapan kay rimayninchis yanapanq’a ruanapaq Perusuyunchis Diuspaq llaqtan kananpaq.
Todo esto nos ayudará para hacer del Perú un lugar para Dios.
Ashi juu yaimpactatui dawi takainaji nunkanum makichik pujut apajuinu.

SOMOS EL COLOQUIO 2008. SOMOS TODAS LAS SANGRES”

Lima, 2 de noviembre de 2008

Más información
Memorial del Coloquio 2007

esejotas del perú