Una mirada al mundo de la moda, los videos musicales y el internet como espacios de expresión de lo «religioso» en el mundo de hoy

A inicios de los años 90 se empezó a acuñar un nuevo término en la sociología contemporánea: la Generación X, que pretendía definir -o quizás en ese intento sin pretenderlo renunciaba a hacerlo- a la generación nacida a finales de los años 60 y durante los años 70. Una serie de libros y películas pobló el mercado de tal manera que todo el mundo comenzó a hablar de la Generación X, una generación que parecía tan distinta de aquella que se había rebelado del mundo entero en mayo del 681. Una de las películas que causó mayor impacto en ese momento fue «Reality Bites2» que tuvo como protagonista a la entonces famosa y aclamada por la crítica Winona Ryder, ícono de esa generación, y se convirtió en una verdadera película de culto, que mostraba una generación, que en buen peruano podríamos calificar como «ni chicha ni limonada», ni compromiso político setentero ni reivindicaciones identitarias de los ochenta, más bien una generación oscura, un tanto «dark», en búsqueda de un sentido por la vida que parecía ya no tenerlo, como lo muestra una de sus figuras más emblemáticas, Kurt Cobain, líder de la mítica banda Nirvana, que acabó con su vida de un disparo. Temas como el de la Generación X y su relación con el postmodernismo han hecho correr litros de tinta en el mundo entero. Y la última palabra aún no está dicha.


Un libro que se acerca al fenómeno de la Generación X desde una nueva perspectiva es «Virtual Faith3» de Tom Beaudoin4, que aunque fue publicado hace 10 años sigue siendo una obra de toda actualidad. Para tener una idea más clara, o quizás más confusa, del objetivo del autor basta echar una mirada al subtítulo del libro: «La Irreverente Búsqueda Espiritual de la Generación X». Beaudoin trata de encontrar elementos de expresión «religiosa» o «espiritual» en las distintas manifestaciones de la «pop culture». Objetivo desproporcionado, dirán algunos, quizás bordeando los límites de la blasfemia y la herejía, acusaciones hechas por algunos de los lectores del primer borrador de su libro. Sin embargo este teólogo formado en la prestigiosa Harvard University School of Divinity y con un Ph.D. del Boston College, apoya sus investigaciones y afirmaciones en textos de las Escrituras y de los Padres de la Iglesia, así como de filósofos de la religión y teólogos reconocidos dentro de la ortodoxia. Su preocupación es vincular la teología católica con el mundo postmoderno, tarea que él mismo trata de llevar a cabo desde su rol de educador (es profesor de teología pastoral en la universidad jesuita de Santa Clara, Estados Unidos) y ministro de la palabra, así como escribiendo sobre religion y cultura5.

Beaudoin focaliza su atención en algunos aspectos de la denominada «Pop Culture» : la moda, los videos musicales y el ciberespacio. ¿Qué joven que haya crecido entre los locos años 80 y los oscuros años 90 no se puede sentir en relación con estos elementos de la cultura juvenil urbana? El autor de «Virtual Faith» suma a sus citaciones teológicas y filosóficas su propio análisis de algunos videos musicales que marcaron esos años, en los que él encuentra diversos elementos a través de los cuales la Generación X podía ver reconocida o expresada su manera de acercarse a lo «trascendente». Losing my religion de R.E.M.6, Heart Shaped Box de Nirvana7, Jeremy de Pearl Jam8, Black Hole Sun de Soundgarden9 yLike a Prayer de Madonna10, son algunos de los videos que él considera como emblemáticos de esta época y de esta manera de expresar lo sagrado desde la cultura de lo audiovisual.

Es cierto, estos videos marcaron época. Casi todos ellos vieron reconocidas sus calidades artísticas con múltiples premios MTV de esos años, algunos de ellos fueron censurados por la crudeza de sus imágenes o por la dureza de su simbología, desde una Madonna con estigmas en las manos, hasta un Jesús anciano subiendo a su propia cruz en el video de Nirvana, pasando por el ángel que se cae del cielo y al que se le cae le peluca en el video de R.E.M. todos estos videos causaron revuelo. Pero ha pasado más de una década y los videos musicales de hoy no son los mismos. Nirvana ya no existe. Pearl Jam se encuentra en reposo mientras su vocalista Eddie Vedder escribe música para películas como Into the Wild. R.E.M. sigue produciendo aunque sin el éxito comercial que alcanzó en su momento. Y Madonna, ella sigue allí, causando escándalo todavía al cantar desde una cruz en su gira «Confessions Tour». ¿Pero donde quedó la manifestación de elementos religiosos de los que habla Beaudoin en su libro?

Ello hoy no queda del todo claro. O por lo menos no se manifiesta de una manera explícita. Lo que sí se mantiene es la fuerza de los elementos que señala Beaudoin como característicos de la cultura Pop -y que quizás son los que mejor la definen- es decir, la moda, los videos musicales y el ciberespacio. Todo aquello que antes servía como vehículo de la expresión religiosa o espiritual de la Generación X, ahora esconde estos elementos o quizás habría que decir que los muestra de una manera distinta, nueva, por descubrir. Habrá quienes condenen la cultura Pop como una cultura que entroniza el placer, la belleza, el lujo, como las únicas maneras de ser feliz y de realizarse como persona. No les falta razón. Pero quizás habrá algo positivo que encontrar en esta cultura Pop, algo que todavía les habla a los jóvenes de hoy en día y desde donde ellos pueden expresarse o reconocerse en las expresiones de otros.

El mundo de la moda, de los videos musicales y del ciberespacio mueven cantidades industriales de dinero, por lo tanto está en estrecha relación con la sociedad de consumo. Pero no podemos cerrar los ojos. Es en este mundo en el que los jóvenes y los no tan jóvenes tienen puesta su atención. La fuerza de este mundo no se puede negar. Y así lo demuestra un hecho tan banal como importante, las tres grandes divas de la música pop, Madonna (49), Janet Jackson (42) y Mariah Carey (38) han dirigido todas sus baterías a publicitar sus últimos lanzamientos discográficos utilizando todos estos medios. Es cierto que ellas no tienen ni la juventud ni la belleza de Beyoncé o Rihanna, pero «más sabe el diablo por viejo» dice un antiguo refrán que estas veteranas del negocio del espectáculo conocen y aplican bien.

Para muestra un botón. Madonna acaba de lanzar al mercado su último single «4 minutes» seguido del estreno de un video con elementos futuristas y con un mensaje apocalíptico : «solo quedan cuatro minutos para salvar el mundo», dice el coro de la canción en el que Madonna comparte crédito con el nuevo rey midas del pop, Justin Timberlake. Más allá de la producción musical, con influencias hip-hop, para la que se ha rodeado de los exitosos Timbaland y Pharrel Williams, Madonna ha montado toda una campaña publicitaria mostrando por enésima vez su nuevo cambio de look, que la pone como portada de diversas revistas de tirada mundial. Estas semanas su rostro aparece en Madame Figaro, Elle, Vanity Fair, Daze and Confused, GQ, entre otras. El mundo de la moda a sus pies. Su video ha sido estrenado en itunes con caracter de exclusividad y ha sido dirigido por la dupla francesa Jonas & François conocidos por haber dirigido el aclamado video D.A.N.C.E. del grupo francés Justica11. Y el lanzamiento del single, que ya es número 3 según el ranking elaborado por la revista Billboard12, se hizo por Internet antes de empezar a sonar en las radios. La página web de Madonna te conecta directamente con los sitios web desde los que puedes descargar el single. Y el ciberespacio está poblado de páginas y blogs que dan detalles sobre la vida y la carrera musical de la reina del pop, destacando los encarnizados debates sobre su rivalidad con Mariah Carey, quien tampoco ha descuidado ninguno de estos espacios de la cultura pop para anunciar su retorno a la arena musical. Su nueva canción «Touch my bofy13» se ha convertido en su 18 número 1 en los EEUU, superando a Elvis Presley y a solo dos números 1 de los Beatles. Por lo visto sus recetas sí que dan resultado. La utilización de estos medios ha logrado colocarlas en las ventanas de los millones de usuarios de internet, en las portadas de revistas, así como en las pantallas de televisión del mundo entero.

Como es claro hemos cambiado de registro. De pronto ya no hablamos de elementos religiosos. Madonna ya no usa las cruces de antaño. Ya no se pelea con su tradición católica ahora que es una adepta a la kabhala judía. Lo que sí es evidente es que ella sí sabe utilizar la cultura pop para afianzarse como personaje central del mundo musical actual. Sin embargo la relación con estos espacios de la cultura pop no siempre son así de exitosos ni satisfactorios. Podemos pensar en Britney Spears y Amy Winehouse. La primera, niña mimada de los medios de finales de los noventa, con ventas multimillonarias de sus discos, convertida en los últimos dos años en la protagonista principal de la prensa sensacionalista gringa que sigue paso a paso su camino de autodestrucción. Vía internet, vía la television y las revistas, Britney es mostrada en todo el apogeo de su decadencia personal. Lo mismo ocurre con la Winehouse, reciente ganadora de cinco grammys, quien hace más noticia en el Reino Unido por sus problemas adictivos que por sus cualidades musicales. En ambos casos es el mundo pop el que las consume, el que las utiliza como «chivos expiatorios», la cultura pop muestra como en un espejo dos reflejos de la decadencia humana, y lo hace sin mayor piedad y utilizándolas como objetos comerciales, puestos en venta en medio del dolor que puedan estar viviendo.

Ya no se trata de la cultura pop que se mueve entre lo sagrado y lo profano, mezclando símbolos (ángeles, crucifijos, textos bíblicos, santos), sino de una cultura pop centrada en la ansiedad de encontrar productos que vender. En los noventa se hablaba de una búsqueda espiritual entre los jóvenes del mundo entero, de allí el éxito de la música gregoriana o de la música «new age». Hoy todo ello parece parte del pasado. Quizás el video de «4 minutes14» de Madonna, donde los personajes principales, ella y Timberlake, huyen de una sombra negra que parece consumir todo lo que encuentra a su paso en un mundo ganado por la rutina, sea una alegoría de lo que puede ocurrir con esta cultura pop en una época de muchas preguntas y sin mayores respuestas. Quizás un elemento esperanzador sea la manera en la que Alicia Keys dio inicio a su último concierto en París hace unas semanas. En medio de la atenta espera del público a la aparición de la talentosa cantante, un video la muestra sentada en un templo cristiano escuchando una prédica seguida de una performance al más puro estilo gospel, cuando de pronto Alicia se levanta de la asamblea y se dirige hacia el escenario a cantar. En un abrir y cerrar de ojos el Coliseo Deportivo de Bercy se convertía en una prolongación o en una nueva encarnación del Templo. Otra vez los límites entre lo sagrado y lo profano puestos en cuestión. Las intuiciones de Beaudoin siguen siendo válidas hoy en día. La cultura pop está allí y sigue en constante cambio. Lo mismo ocurre con la juventud, una juventud que hoy se reconoce distinta a la de generaciones anteriores. La cultura pop y la juventud están en constante relación, ya sea en Paris, Nueva York o Lima. Y no bastan un par de conceptos generales para definirlas, al contrario caeríamos en el error del “cliché” fácil. Estamos frente al desafío de reflexionar sobre estos temas que nos conciernen, quizás aventurándose a proponer claves de lectura que nos ayuden a mejor comprendernos en este mundo pluricultural e interconectado. El debate queda siempre abierto.

Víctor Hugo Miranda, S.J. (Teólogo). Limeño. Comunicador. Estudia Teología en el Centre Sevres de Paris.

1. Se acaban de cumplir 40 años de aquella famosa revuelta en París, de la que los especialistas aún siguen hablando, algunos diciendo que fue un fracaso total, y otros señalando que abrió las puertas al mundo hacia una mirada más abierta y tolerante frente a la libertad cultural, religiosa, sexual y política. Cfr. Diario Liberación, París, marzo 2008.
2.http://www.imdb.com/title/tt0110950/
3. Tom BEAUDOIN, Virtual Faith, The Irreverent Spiritual Quest of Generation X, Jossey-Bass Publishers, San Francisco, 1998.
4.http://www-relg-studies.scu.edu/facstaff/beaudoin/
5. Su último libro se titula : Consuming Faith: Integrating Who We Are With What We Buy, Sheed and Ward, Chicago, 2004.
6. http://www.youtube.com/watch?v=M7vs21ZKrKM
7.
http://www.youtube.com/watch?v=SK7Ai9dWrRQ
8. http://www.youtube.com/watch?v=gskAeWgEExk
9. http://www.youtube.com/watch?v=qiSkyEyBczU
10. http://www.youtube.com/watch?v=icrUkBaSefs
11. http://www.youtube.com/watch?v=A8bwZf3vXjg
12. http://www.billboard.com
13. http://www.youtube.com/watch?v=CzxR8OH-fDQ
14. http://www.youtube.com/watch?v=DToWue7yDDc

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