En la última Semana de Huachipa, el tradicional encuentro de los jesuitas peruanos que cada enero se lleva a cabo en la Casa de E.E. “Villa Kostka” de Huachipa (al Este de Lima), dos compañeros jesuitas recibieron el orden diaconal: Marvin Quispe (Ayacucho, 1974) y Santos Rugel (San Ignacio, Cajamarca, 1974). Fue una concelebración muy emotiva, presidida por Mons. José María Izuzquiza, S.J., ante la presencia de numerosos familiares de ambos diáconos, así como de exalumnos del Colegio de La Inmaculada, donde ambos trabajaron durante sus años de estudiantes. Para la ceremonia llegaron varios jesuitas que no habían podido participar de la Semana, pero querían compartir la alegría de esta Ordenación.


Mons.Izuzquiza tuvo una magnífica Homilía, corta pero muy apreciada por todos. Recordó que el Diaconado está marcado por el servicio, que es lo que debería caracterizar todos los “grados” del orden sacerdotal. Es algo que siempre forma parte de la identidad de quienes reciben el Orden Sagrado, subrayó, pues “siempre somos diáconos, aunque se llegue a otros grados como el episcopal”. La Homilía de Mons. Izuzquiza nos ayudó a tomar conciencia que, aunque hecha en la intimidad de la pequeña Capilla de Villa Kostka, la Liturgia de Ordenación era un acontecimiento no sólo de los jesuitas peruanos, sino de la Iglesia, en la que eran llamados ahora nuestros hermanos Santín y Marvin a servir. (Tomado de la nota del P. Rómulo Franco, en Noticias Jesuitas).

Presentamos algunas fotos de la celebración logradas por el Hno. Víctor Atausupa:

Marvin recibe el Evangelio
Santos recibe el Evangelio

 

El canto de la “Salve Regina”