Supergirl: Contar nuevas historias.

6 marzo 2018

Por Nino Villarroel, SJ | Aprox. 5 min. de lectura.

Desde hace tres años he seguido con entusiasmo las series del Universo DC inspiradas en los personajes de las historietas de dicha franquicia. Series como: “Arrow”, “The Flash”, “DC Legens of “Tomorrow” y “Supergirl” son ejemplos de esto. Prefiero “The Flash” pero dejaré una reflexión sobre el “velocista escarlata” para otra oportunidad pues quiero hablar en esta oportunidad de “Supergirl”, ya que me ha causado cierto impacto y porque muestra una dinámica cercana al Evangelio, y claro, también a la vida misma.

Cuando Kriptón estaba a punto de ser destruido, el bebe Kal-El fue enviado al planeta Tierra para salvar su vida como uno de los últimos sobrevivientes de su especie. Posteriormente se convertiría en Superman y encubriría su verdadera identidad como Clark Kent. Sin embargo, él no fue el único kriptonita enviado a la tierra ya que su prima adolescente Kara Zor-El fue enviada con él para protegerlo y trasmitirle los conocimientos de Kriptón. Luego, durante el viaje, la nave de Kara se perdió en el espacio hasta que 24 años después llegó a la Tierra aún siendo adolescente. Por pedido de Superman, Kara es acogida por la familia Danvers y es criada para ser cuidadosa con el uso de sus poderes, para que no los exponga.  Ella vive una vida “normal”, pero en realidad mediocre pues cree que no está haciendo aquello que debe hacer. Cree que puede hacer más por la humanidad.

Así empieza la historia de Supergirl, con el deseo de dar más de sí misma a otros. Por tal motivo, ante la amenaza a un avión en el que morirían cientos de personas, Kara rompe el silencio y el confort para ser heroína. Cuando Superman ya había salvado la tierra y su historia ya estaba escrita, se abre una nueva posibilidad para seguir narrando una historia nueva. Cuando todo ya estaba dicho y narrado, inicia la posibilidad de descubrir nuevos caminos. Asimismo, cuando ya existía un héroe, surge uno nuevo con sus propias particularidades y, definitivamente, con nuevos desafíos y aprendizajes.

Esta posibilidad de seguir narrando es parte de la literatura: las historias de Tolkien, para hablar de algo más contemporáneo y popular, son un ejemplo claro de esto. Tal posibilidad también está presente en el mundo clásico, en “La Eneida” de Virgilio o “La Ilíada” de Homero, donde desde una narración aún se puede “seguir narrando”. La historia que se cuenta es inacabada. Las tragedias griegas abren un abanico de historias posibles, de nuevos protagonistas y nuevas enseñanzas para la polis griega. Si hablamos de películas de la cultura popular contemporánea, esta dinámica narrativa se torna evidente en la saga de “Star Wars”, ya que este seguir narrando no solo está presente en las películas sino también en las series de televisión relacionadas con éstas, como “The Clone Wars” o “Rebels”. Así pues, esta dinámica no es una cuestión propia de Supergirl pero en ella podemos identificarla con mayor énfasis por el paralelo con la vida de Superman.

Ahora bien, creo que esta dinámica está presente en la narrativa en general simple y llanamente porque nuestra vida es así, porque en la vida humana siempre habrá la oportunidad de seguir contando historias y descubrir nuevos caminos. Y esta dinámica nos recuerda al Evangelio. En el “sí” de María, cada vez que Jesús sana a un enfermo, cada vez que se parte el pan para alimentar a una muchedumbre, cada vez que Jesús cuenta una parábola, claramente en cada aparición tras la resurrección, en cada uno de esos momentos surge la posibilidad de seguir contando una nueva historia, de seguir caminando hacia delante de la mano de Dios.

El tiempo de Adviento habla de esto, de la posibilidad de seguir contando nuevas historias. Historias como la de Kara en “Supergirl”. Que la incertidumbre, la comodidad y el miedo no nos detengan. Que la esperanza sea parte de nuestra vida, sobre todo en este tiempo en el cual los discursos autoritarios quieren apoderarse de la “narrativa de la vida”.

 


Nino Villarroel Morante, SJ

Realiza su etapa de Magisterio en la Plataforma Apostólica de Ayacucho y en el Instituto de Protección al Menor y Personas Vulnerables de la UARM

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