Ríe más y con más libertad

1 octubre 2021

Por Carlos Lovera, SJ | Aprox. 5 min. de lectura.

 

  • Mami ¿A que no adivinas dónde estoy?
  • Hijo ahora no puedo hablar, llámame luego.
  • No puedo, solo tengo derecho a una llamada.

Es curioso que, cuando se relata algo gracioso, es muy importante el elemento sorpresa por el cual se produce la carcajada, este elemento sorpresa podría ser incluso absurdo. A lo largo de la historia, se han considerado de diferentes maneras la razón y los elementos que producen el humor.

La “teoría de la superioridad” considera que el secreto del humor es la sorpresa, pero, además, el humor está relacionado a un sentimiento de superioridad, es decir, nos reímos de otros porque nos sentimos superiores. Entonces, a este tipo de humor, en la actualidad, podríamos considerarla como el lado oscuro de la comedia, pues nos reímos de situaciones desafortunadas que les pasa a otros.

La “teoría de la descarga” señala que nos reímos porque es una forma de liberar energía acumulada, es decir, nuestro sistema nervioso libera energía cuando algo nos desborda a causa de la risa. Las tensiones negativas eliminadas, podrían ser un mecanismo de catarsis en busca de un equilibrio emocional. Y, por último, la “teoría de la incongruencia” se produce cuando algo sale de lo ordinario, cuando nuestros patrones y expectativas han sido alteradas de manera repentina. Este tipo de humor es recurrente en el stand up, normalmente se crea una historia que genera alta expectativa y termina con una situación totalmente incongruente.

Estas teorías nos dan a conocer posibles razones de nuestra risa, pero cuando esta risa es producida por un contacto físico, las cosquillas propiamente, reaccionamos de diferentes maneras. Es curioso que las zonas en las cuales normalmente sentimos cosquillas, son las zonas vulnerables de nuestro cuerpo. Siendo este el caso, las cosquillas, como mecanismo de defensa, nos enseñarían a defendernos ante cualquier agresor y no estarían relacionadas con lo gracioso, pues hay personas que pierden el control de la situación entrando en pánico e incluso, hay personas que piensan que se morirán a causa de la risa desbordante. Algo que sí puede activar la risa es la cataplexia, esta es una condición en la cual se está consiente, pero no es posible mover los músculos. lo que no significa que la risa es la causante de la cataplexia, sino solamente podría activarla cuando la persona ya es propensa a ella.

Por otro lado, la risa puede ocasionar síncopes o pérdida de conciencia, esto ocurre porque nuestro organismo es forzado a respirar más de la cuenta, cuando nos hiperventilamos. Ninguno de los efectos de la risa produce el deceso de la persona, pero es pertinente mencionar que la risa nos puede conducir a crisis gelásticas o crisis de risa. Existen personas que empiezan a reír hasta llorar, perdiendo el control de sí mismos. Sabemos que el organismo sigue un mismo proceso para producir la risa, pero, ¿por qué hay diferentes risas? Según la psicología puede darse por un factor de inhibición, todos tenemos una manera particular de expresar nuestra risa según el entorno y el contexto en que nos encontremos.

Es así que, cuando reímos en un ambiente en el cual nos sentimos seguros la risa es natural, a diferencia de una risa en un evento público, risa que suele estar acompañada de la acción de cubrirse la boca. En este sentido, podemos decir que los niños tienen la risa más auténtica por ser espontánea y libre de prejuicio. Pero, a decir verdad, también hay adultos que libremente expresan su risa sin mayor reparo o importancia al qué dirán. Lastimosamente, paralelo al proceso de crecimiento, nos sentimos juzgados y agobiados y esto inhibe el comportamiento, reduciendo la naturalidad de la risa. Lo que es innegable es el efecto de contagio de la risa, si dos o más personas están riendo, una tercera, aunque de manera inconsciente, tiende a reír también, aun sin tener razones para hacerlo. Esto puede ser porque el ser humano tiende a imitar los comportamientos de los demás como elementos de socialización. Es muy probable que nuestros antepasados, antes de hablar en conjunto, hayan reído en conjunto, haciendo de la risa un precursor del lenguaje.

Si bien no hay estudios científicos recomendando la risa como la mejor medicina para las enfermedades sin duda esta hace que nos sintamos mejor, además es una excelente terapia para el buen ánimo. El Papa Francisco menciona que “el sentido del humor, te hace ver lo provisional de la vida y tomar las cosas con un espíritu de alma redimida. Es una actitud humana, pero la más cercana a la gracia de Dios”. Así que, pidamos la gracia del humor por medio de la risa, y no te avergüences de reír y ríe con mucha más frecuencia.

 

Carlos Lovera Sandy, SJ.
Estudiante de Filosofía – Universidad Antonio Ruiz de Montoya
Asesor de grupos juveniles en la parroquia de Fátima.

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