Humanidades digitales, una labor de hoy.

20 mayo 2018

Por Iván Avalos, SJ | Aprox. 5 min. de lectura.

El hombre del siglo XXI es el hombre de la red, manifiesta el jesuita italiano Antonio Spadaro. Y, definitivamente, esto se constata en nuestra vida cotidiana; estamos conectados con nuestros familiares y amigos a través de las redes sociales, podemos conocer eventos que pasan al otro lado del mundo en cuestión de instantes. El espacio virtual es parte de nuestra vida, nos desenvolvemos en él y a partir de ahí también nos relacionamos.

Una de las fuentes del conocimiento humano son las “humanidades”. Estas son disciplinas que comprenden la música, la poesía, la literatura, la historia. Ellas pretenden que podamos comprender al hombre de manera más profunda. Asimismo, buscan generar y despertar la capacidad de reflexión en las personas, ¿podrá migrar este universo clásico de las humanidades al mundo digital?

Creo que sí. Un día escuché el término “humanidades digitales”. Seguidamente vino a mi mente un taller de expresión escrita que tuvimos antes del inicio de clases en la UARM, ahí usamos las herramientas virtuales para comunicar un mensaje en un artículo. Me pregunté por el significado de las humanidades digitales y supuse que estas intentaban unir las humanidades clásicas con el mundo digital. Pero ¿qué son las humanidades digitales? ¿en qué consisten? ¿cómo se originaron?

Podemos decir que las humanidades digitales son un espacio de trabajo y de investigación, donde se puede conectar el aprendizaje y la reflexión mediante las nuevas tecnologías de la información. El origen de las mismas se debe al trabajo del jesuita italiano Roberto Busa a finales de los años cuarenta del siglo XX, y el desarrollo de la lingüística computacional.

Actualmente la Universidad de Granada ha creado el programa MediaLab UGR; este consiste en un espacio abierto para proponer actividades e ideas que aporten a la cultura y a la sociedad en general. Los proyectos que invitan a desarrollar tienen que ver con visualización de datos, procesamiento de información, desarrollo de herramientas virtuales, entornos creativos a través juegos, entre otros.

Esta iniciativa que inspira trabajar en conjunto con otras personas, es además un nuevo estilo de entrar en nosotros mismos y conocernos en nuestro actual porcentaje de humanidad digital.

Retomando las ideas de Spadaro, la tecnología interviene de manera efectiva en la experiencia de las personas, incide en la capacidad de vivir y de pensar. La red para este hombre se convierte en un lugar espiritual, porque la ha transformado en lugar de comunión, de encuentro y también en lugar para la transformación social.

Así pues, la unión de tecnología y humanidades nos plantea nuevos desafíos, nuevos espacios de encuentro, de diálogo, de creatividad, de reflexión por compartir, y de mucho bien por hacer.

Iván Ávalos , SJ
Estudiante de Humanidades – Universidad Antonio Ruiz de Montoya
Equipo de Pastoral – PUCP

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