Sanar las heridas

2 mayo 2021

Por Nino Villarroel, SJ | Aprox. 5 min. de lectura.

*Spoiler alert. Recomiendo leer el artículo luego de haber visto WandaVision

 

Un duelo acumulado

WandaVision forma parte de la cuarta fase del universo cinematográfico de Marvel y, a la vez, es una propuesta innovadora por el estilo de la serie y por las temáticas que aborda. Nos encontramos con una historia en la que a primera vista no podemos detectar con facilidad a los villanos y a los héroes, precisamente, porque Wanda pasa por un profundo conflicto: el mundo que ha creado genera sufrimiento a los pobladores de WestView. Nos encontramos con la historia de una mujer que ha sido marcada por el sufrimiento: por la muerte de sus padres y la opresión contra Sokovia, su juventud bajo la experimentación de HYDRA, estar en las filas de ULTRON, la muerte de su hermano, la muerte de Visión y la imposibilidad de enterrarlo. En suma, una serie de duelos que cada vez son más profundos.

Un mundo para Wanda

Estos hechos dolorosos acumulados, y en especial la muerte de Visión hacen explotar la anomalía de Westview. A partir de ello Wanda -haciendo uso de su poder- crea un mundo a su medida, una narrativa puesta a disposición de sus deseos; así, el programa de televisión y su evolución reflejan las múltiples heridas de Wanda y la búsqueda de sentido ante la dolorosa realidad que le aqueja. Asimismo, esta realidad construida es posible en la medida que recrea los deseos de la misma Wanda: una familia, un pueblo tranquilo, una vida autónoma. Para ello recurre a las series de televisión guardadas en su memoria. Aunque estas son también un increíble recurso cinematográfico que da cuenta de la historia de las series americanas, nos hablan asimismo de la posibilidad de la mente humana, pues esta puede refugiarse muchas veces en las fantasías de nuestros recuerdos placenteros para la creación de una realidad paralela puesta a nuestro servicio. En consecuencia, y ante todos sus proyectos destruidos, Wanda ya no se dedica a cuidar a otros, sino que instintivamente se vuelca hacia el cuidado de sí misma creándose un programa de televisión que integra sus mayores deseos.

Westview se convierte en una burbuja -o una coraza- que la protege de la realidad dolorosa, sin embargo, esta es permeable y fragmentada; así pues, la realidad dolorosa invade el mundo creado por Wanda: en los vecinos que no siguen los patrones, la radio que irrumpe las reuniones, la conversación con Mónica sobre Pietro, los cuestionamientos de Visión, o el dolor de las personas atrapadas en Westview. Un mundo quebrantado, como ella misma.

Las terapeutas

Como mencioné líneas arriba, no existe una clara diferenciación entre héroes y villanos en la serie. Cada personaje actúa en fidelidad a sus principios y a partir de sus propias necesidades. A propósito de ello, es pertinente hablar de Agnes pues ella, aunque está en búsqueda de poder, juega un rol importante en el proceso de Wanda. Así pues, la conversación con Agnes posibilita que Wanda haga un ejercicio de introspección, pero sobre todo que inicie el recorrido de un camino que le permite volver a mirar su dolor y acogerlo. Es potente el diálogo mencionado en la medida en que posibilita que Wanda se mire a sí misma en medio de todas las escenas que ha construido, así como también le permite hacer una narración de sí misma, un recorrido por su dolor, mirar sus raíces y reconocer cómo este dolor está presente actualmente. Esta mirada sobre sí misma y su historia la ayuda a recoger sus piezas y empezar a unirlas.

Esta dinámica se asemeja a la labor del psicólogo o el terapeuta, sin embargo, la figura de Agnes deja incompleta esta tarea, precisamente, porque empuja a Wanda a esta reflexión por medio de la fuerza, para su propio beneficio y desde la posición de un experto. Por ello quisiera hablar de Mónica Rambeau; ella es la niña empeñosa y generosa que vimos en Capitana Marvel, pero también una mujer que ha vivido la pérdida de su madre. Así pues, en los diálogos con Wanda, Mónica es consciente de sus propias heridas y carencias, tiene presente el dolor y ello le permite comprender a Wanda y apostar por ella. Rambeau también se caracteriza por la cercanía y el compromiso. En términos psicológicos, se dedica a construir un vínculo, a entablar una relación, precisamente porque la psicología reconoce que el dolor solo es posible de ser curado en la medida que el sujeto que sufre es acogido, acompañado y puede abrirse a comunicar aquello que vive sin ser juzgado.

Así pues, estas dos mujeres -cada una con un estilo propio que he tratado de integrar- posibilitan que Wanda pueda tomar decisiones sobre sí misma y su dolor. Lo cual la embarca a abandonar la fantasía en la que estaba enclaustrada.

Una voz sin cuerpo, un cuerpo no humano, un recuerdo hecho realidad

Al enunciar esta frase hago referencia a Visión y a su historia. De hecho, una historia compartida con Wanda, pero sobre todo una historia que consiste en hacerse cada vez más humano. Esto es posible en la medida que Visión crece en la capacidad de entablar relaciones. Ya no es Jarvis, el asistente automático de Iron man, o la gema de la mente encarnada en un droide, sino que es alguien que ama y se vincula. Visión se convierte en alguien que puede construir una historia, que tiene identidad, pero también alguien que puede ser amado. Haciendo referencia a ello, podemos entender la profundidad del dolor de Wanda pues pierde a alguien que ha amado y no a una máquina. Y al perderlo y no poder enterrarlo, se ahoga en su propio dolor haciéndose daño a sí misma y a los demás, como hemos narrado anteriormente.

Por ello, al final de la serie podemos asumir que Wanda ya no se empeña exclusivamente en una presencia material de Visión o en la creación de un mundo a su medida. Sino que es capaz de valorar la memoria de Visión, de recuperarlo en su recuerdo. Valora, entonces, una presencia distinta que integra tanto el dolor como la alegría de lo compartido. Situación que no llega de la noche a la mañana, sino que es fruto de un proceso.

¿Qué es el duelo, sino el amor perseverando?

Sin embargo, como todo proceso en la vida, no podemos decir que lo vivido por Wanda haya culminado, porque las heridas no sanan en un chasquido. Hemos sido testigos de sus aprendizajes, pero si pasar por un duelo -como dice Visión- es perseverar en el amor, Wanda seguirá buscando formas de tener presente a Visión en su vida o de seguir recuperando lo que ha perdido. Seguirá buscando la forma de amar y amar profundamente a Visión y a sus hijos. Ya veremos con qué nos sorprende Wanda y su proceso de sanar heridas.

 

Nino Villarroel, SJ
Realiza su etapa de Magisterio en la Plataforma Apostólica de Ayacucho y en el Instituto de Protección al Menor y Personas Vulnerables de la UARM

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